jueves, 10 de enero de 2013

"Cosas Nuestras"


Esta mañana la pregunta de una persona sorprendida de qué, parte de mi familia, tenga acceso a algunas de las contraseñas que utilizo en mis correos electrónicos o redes sociales me hizo pensar acerca de un tema del que hablo todos los días, y creo que muy pocas veces comprendí. Él me dijo algo así: "...pero es algo 'TUYO'". ¿Qué es mío? Una acumulación de conversaciones, muchas veces sin importancia, o las sensaciones que estas me dejaron. Lo primero pueden verse claramente abriendo la cuenta de cualquier persona, a lo segundo nadie puedo verlo, nadie puedo sentirlo. Y para mi eso es realmente lo mío. Lo que nadie ve. Lo que se genera sin la necesidad de tener algo material al lado, en este caso la computadora o internet. Lo que llevo dentro es totalmente mío. Lo material puede estar hoy y mañana no. 
De esta simple conversación me nació esta pequeña y humilde reflexión: 



Alguna vez pensamos ¿qué cosas realmente te pertenecen, en este mundo? ¿En esta vida?..
Pasamos años de nuestra existencia cuidando de millones de objetos porque son "nuestros", porque nos costó mucho conseguirlos o porque tienen un "valor sentimental". A esto último lo decimos todos los días, y jamás nos damos cuenta de que eso es realmente lo único nuestro: nuestros sentimientos, lo que llevamos por dentro, aquello que nos hace ser quien somos y amar a quienes amamos.
Con un auto podemos llegar a todas partes, pero no nos asegura encontrar la felicidad en esos lugares. Una computadora nos entretiene por momentos o nos ayuda a trabajar, pero no nos vuelve personas menos vacías, ni nos da el talento que necesitamos para brillar en nuestra profesión.
Llenar a nuestra familia de cosas materiales, no hace que nuestras casa se conviertan en "hogares". Ni los regalos costosos que podamos hacer, crean lazos verdaderos con las personas a quiénes los hacemos. A veces una flor arrancada del costado del camino vale más, que el último celular lleno de novedades.
Llenamos nuestra vida de superficialidad y lo llamamos "nuestro". Nos ocupamos en acrecentar  bienes materiales y olvidamos hacer crecer algo verdaderamente nuestro, como lo es el alma de cada uno de nosotros. Ella crece con cosas tan simples, que de tenerlas en cuenta, este mundo sería un lugar mejor. Sonrisas, abrazos, amor y nobleza. Eso sí, no lo busques en un shopping porque no los vas a encontrar. La siguiente es una frase muy trillada, pero muy cierta: "Hay cosas que el dinero no pude comprar", y yo pienso que si logramos conseguirlas, van a ser ellas lo único verdaderamente "nuestro".